La obtención de mejor rendimiento y mayor calidad, están siempre ligados a la utilización de los productos más adecuados e idóneos para un sistema productivo. La concentración de nutrientes, la máxima pureza, el menor contenido de metales pesados, la mayor solubilidad, el bajo contenido de insolubles y la usencia de iones indeseables, hacen que una molécula o un fertilizante en particular sea más apto para ser utilizado en un sistema eficiente, que busque optimizar la calidad, rendimiento y por lo tanto el retorno de la inversión (ROI). Otros fertilizantes que no posen estas características estarán enfocados principalmente a una agricultura que busca minimizar costos, que no siempre es la más rentable.